CONCURSO PACHACAMAC

Año: 2019

Ubicación: Pachacamac, Perú

Área de intervención: 200 Ha.

Promotor: Fundación Proyectos del Bicentenario

 

MEMORIA TÉCNICA

Pachacamac es un lugar sagrado desde siempre, ser lugar de peregrinación al dios de los temblores de la América pre-hispánica y ser el último valle agrícola vivo de una metrópoli de más de 10 millones de habitantes son parte de esa sacralidad que el proyecto debe reforzar.

En el breve espacio de la intervención se congregan el sitio arqueológico más importante de la costa sudamericana, dos museos, un valle agrícola y un conjunto de actividades emergentes de las cuales la gastronomía es la más intensa y reciente. Como suele suceder con contextos tan delicados como este en el hemisferio sur, en Pachacamac el patrimonio histórico y la protección ecológica se encuentran sitiadas por la pobreza y la precariedad, Villa el Salvador y sus ampliaciones o Julio C Tello, hacen ver frívolo e innecesario cualquier proyecto “conservacionista”.

Responder a la pregunta ¿qué quiere ser Pachacamac hoy? pasa por entender que todo lo que se haga debe beneficiar a esa población dejada de lado desde que quienes levantaron el santuario dejaron de regir sus propias tierras. Lima, una metrópoli contemporánea, necesita construir sub-centralidades que generen y redistribuyan riqueza entre los menos favorecidos, Pachacamac es la oportunidad de idear una que potenciando su carácter ecológico y aprovechando el patrimonio arqueológico, le entregue a la ciudad un espacio de encuentro y regeneración social.

EL PROYECTO

El proyecto se estructura a partir del anillo que rodea el retazo de desierto que sigue la figura del área de trabajo, se trata de un recorrido que se constituye en un dispositivo socio-urbano-ambiental que, con técnicas contemporáneas, reactiva las condiciones naturales y originarias del lugar diseminando agua y área verde a la ciudad sobre la huella del valle y más allá, dotando además a la ciudad del equipamiento complementario en distintas escalas, desde lo cotidiano hasta lo metropolitano, enmarcando el sitio arqueológico con un paisaje entre urbano y natural. Este dispositivo amarra sus componentes a partir de muelles urbanos como entradas que imprimen al sistema una secuencia a la vez urbana y a la vez paisajista, constituyendo un oasis inverso que a su ves genera otros oasis que dan vida al interior del espacio desértico.

Finalmente se trata de un parque abierto para que los habitantes del lugar disfruten del paisaje y la infraestructura propuesta, interactuando con los visitantes al sitio arqueológico y los museos. El proyecto busca devolver a los habitantes un espacio público digno y a distintas escalas para que se apropien de él, tanto recreándose como produciendo y mejorando su economía.

El proyecto se estructura sobre cuatro dimensiones, medio ambiental, urbano, social y patrimonial, las que se explican a continuación.

 

  1. Medio ambiente

La porción de desierto que rodea los restos arqueológicos de Pachacamac ha quedado como una isla rodeada de verde agrícola, de ciudad y de patrimonio, 3 km2 de arena que nos recuerda el territorio original y que es capaz de sumirnos en la contemplación de un paisaje que nos remite a la infinitud del desierto, la ausencia de vida y la necesidad de crearla. Este retazo, sin embargo, está en el medio de la desembocadura del Río, donde el valle se ensancha. Se trata de un remanente de desierto en medio de un valle agrícola, una suerte de oasis de arena en medio del verde, el inverso de un oasis.

El desierto es un espacio geográfico frente al cual el ser humano revive su diminuta existencia, sufriendo una sensación análoga a la experimentada frente al océano o al cielo, el desierto nos recuerda nuestra insignificancia física, nuestras limitaciones técnicas y las minucias de nuestra existencia, frente a la omnipotencia de la naturaleza. Trabajar sobre el desierto es trabajar sobre esa dualidad, la vastedad de lo natural y la nimiedad de lo humano subsistiendo. Pero la subsistencia humana en el desierto requiere a su vez un remanso de sombra de agua y de vida, por lo que es inevitable que este desierto invertido construya a su interior otro desierto.

Para lograr el abastecimiento de agua, clave en el desarrollo de sus aspectos ambientales, se dispone de sistema de captación mediante tornillos que extraen agua de subsuelo (30 metros de profundidad) que permitirá, mediante canaletas y riego por goteo, la presencia de vegetación acompañando el espacio público. Así mismo se dispone de pozas de tratamiento de aguas grises provenientes de Villa el Salvador y de Julio C Tello. Además, es necesario que luego se utilice la propia vegetación como sistema de infiltración de agua hacia el subsuelo. Finalmente, debe tenerse en cuenta que no es necesaria una gran cantidad de agua, hoy en día es posible, escogiendo plantas xerófilas y con riego por goteo, garantizar vegetación con mínimos volúmenes de agua.

El dispositivo perimétrico deviene así en un sistema de oasis que envuelve siempre porciones de desierto y a cada vez que lo hace porta vida, agua, verde y sombra. Se trata de un sistema que rehabilita el borde llenándolo de vida y que tiene una doble función hacia cada uno de los lados. Hacia el exterior el dispositivo extiende el verdor natural del valle hacia la ciudad, dándole vida, sombra, espacios con posibles actividades agro-urbanas. Por el contrario, hacia el centro desértico, el dispositivo es a la vez un sistema de observación y de penetración, espigones que se internan en la arena a manera de muelles urbanos que constituyen espacios públicos de transición, de observación, de interacción y finalmente de ingreso al desierto. La intención es de disfrutarlo y usufructuarlo, separándose de él para protegerlo, respetando su condición del desierto.

  1. Urbano

Si la ciudad se define como un continuo permanente, Pachacamac es exactamente lo contrario, al retazo de desierto que contiene el sitio arqueológico se le suman retazos de humedales, retazos de verde provenientes de cementerios, parques, parcelas agrícolas y finalmente fragmentos de ciudad que se adicionan sin sentido urbano. El dispositivo perimétrico es un articulador urbano que dota de sentido a Pachacamac estableciendo un sistema de conexiones, articulaciones y continuidades que la ciudad no posee. La estructura urbana se clarifica, adquiere escalas al intervenirse progresivamente las avenidas, calles y espacios públicos de la ciudad, articulándose con los fragmentos verdes y formando una sola estructura.

Alrededor del dispositivo perimétrico se disponen distintos tipos y escalas de equipamientos que organizan visualmente esa nueva sub-centralidad, permitiendo su legibilidad y manteniendo su subordinación respecto al resto arqueológico y la escala del paisaje. Tanto el anillo como su equipamiento devienen en un sistema tridimensional de referencia. El proyecto es una oportunidad para mejorar los barrios y se convierte en un potencial para intervenir en el desierto. Interviniendo en los barrios con áreas verdes, equipamientos conseguimos hacer el parque, en donde los habitantes serán los principales beneficiarios, de nada sirve hacer un parque si este no sirve para las personas que habitan ese lugar.

Cada equipamiento se estructura como un sistema compuesto de espacio público, espacio de observación, área de vegetación y el equipamiento mismo. Algún equipamiento es sólo un quiosco y un observatorio, otros son facilidades como centros culturales, pequeñas bibliotecas o puestos de control policial y finalmente otros son equipamiento metropolitano que acompañan el MUNA. Todo el sistema está construido con predominio de la madera, sean los espacios públicos y su mobiliario como los propios edificios, tomando en cuenta que en Villa el Salvador existe el CITE Madera y en el Parque Industrial un área dedicada a este material.

  1. Social

Este nuevo sistema urbano no se consolida a partir de edificaciones ni de asfalto y concreto, se trata de un sistema que privilegia al ser humano y que recompone el paisaje a partir de restituir lo humano como base de lo urbano. El dispositivo perimétrico es un sistema de espacios públicos que hacen ciudad a partir de permitir infinitas formas de encuentro y uso del espacio, que otorga al ciudadano todas las posibles permutaciones urbanos y paisajísticas. La continuidad entre los usos turísticos, se vinculan a los verdaderos destinatarios de la ciudad, sus ciudadanos.

Los equipamientos propuestos son también activadores sociales que permiten no sólo el encuentro e interacción de los pobladores con los visitantes, como ya se dijo, sino, además, el intercambio de experiencias y capacidades, incrementando las posibilidades de los ciudadanos de mejorar sus niveles de ingreso. Se trata de un componente social de carácter productivo asistido por la Municipalidad de Villa el Salvador y por instituciones como al Universidad de Villa el Salvador.

  1. Sitio Arqueológico

El centro desértico del anillo no es sólo espacio de contemplación, se trata construir al interior del oasis invertido, nuevos oasis capaces de dar vida, de dignificar el desierto. Al no ser las dunas formaciones permanentes, el territorio del desierto es siempre cambiante, variable, imprevisible. Atravesar el desierto, aún cuando sea solo un fragmento de este, es una experiencia de inestabilidad, de lucha permanente del cuerpo con la pesadez de la arena, la inclemencia del sol y la resistencia de la arena empujada por el viento. El vacío central se coloniza con oasis artificiales, de madera, verde y agua, con estructuras mutantes, que varían de lugar y que se adecuan a la naturaleza cambiante de las dunas. Pabellones efímeros, sobrepuestos en la arena y que son portadores de sombra de frescor, de visuales sobre la ciudad, sobre el paisaje y sobre los restos arqueológicos.

Colaboradores:

Luis Rodríguez

David Arias

Tatiane Corsi

Daniel Arias

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